Bueno, gracias a los que han estado siguiendo mi espacio a pesar de la poca novedad actual.
Como ya sabreis, estoy atravesando un momento difícil, ¡estoy de examenes! y bueno, la imaginación en estos momentos si vuela, no es hacia temas podológicos.
Así que estoy de mes sabático.
Aún así, os dejo aquí un trabajo de un compañero (y gran amigo) de clase que ha hecho que me ría un rato entre estudio y trabajos; espero que a vosotros os alegre también.
Gracias también a Javi Ramos por la foto, http://www.flickr.com/photos/javiramos
Situaciones de relaciones interpersonales.
Por Neil.
Maximilian tiene una consulta podológica en la zona del centro de Málaga donde realiza tanto ortesis como quiropodia. Era un día soleado de finales de febrero, ya se notaba la primavera, una temperatura agradable acompañada del cálido sol.
Maximilian abrió su consulta como un día cualquiera disfrutando sobremanera los tempranos rayos de sol mientras habría las puertas. Eran las 8:45, Maximilian estaba arreglando los últimos aspectos de la consulta y estaba empezando a preocuparse de que aun no había llegado su asistenta, Virginia. Faltaban 5 minutos para que llegara su primer paciente y aun no había llegado, Maximilian fue directo al teléfono para llamarla, y justo cuando descolgó el teléfono e intentaba pulsar el primer número Virginia apareció por la puerta con una sonrisa.
Max- Virginia, son casi las 9, has llegado un poco tarde. ¿No te parece?
Vir- Lo siento Max, pero estaba disfrutando tanto del camino que se me fue la noción del tiempo.
Max- Bueno, es cierto que es uno de los primeros días primaverales, pero supongo que no se repetirá, ¿no?
Vir- Claro que no, Max. Te lo juro por panduro
Max- Bueno, acaba de llegar el primer paciente. Atiéndelo.
Maximilian entro en la sala de asistencia para ultimar los últimos detalles de la consulta y a continuación Virginia le presento al primer paciente del día.
Vir- Señor Munchausen, el señor Rodrigo Vivar Díaz. Pase, por favor
Max- Señor Vivar- dirigiéndose a la entrada y dándole la mano a Rodrigo- tome asiento por favor
Rod- Gracias, llámame Rodrigo.
Max- De acuerdo, señor Rodrigo, usted dirá por lo que ha venido.
Rod- Bueno, resulta que a mi me gusta levantarme temprano y pasear, porque los médicos dicen que es bueno para la salud y con mi edad todo cuidado es poco. ¿sabe usted?
Max- Tiene razón, ¿puede decirme que edad tiene?
Rod- Pues 75 años.
Max- Pues no los aparenta, la verdad. ¿Y cual dijo que era el motivo de su consulta?
Rod- ¡Pero si se lo estaba contando, joven! Pues como estaba diciendo, resulta que yo paseo, normalmente voy solo, pero muchas veces nos juntamos unos amigos para darnos unos paseos y bebernos unos vinitos en alguna bodega. El que mas nos gusta es generalmente el tinto del Valle del Duero. ¿Le gusta a usted el vino?
Max- Claro, aunque soy mas del Navarra. ¿Podría concretar un poco cual es el problema que tiene?
Rod- Usted tiene muy poca paciencia. Así va a perder muchos clientes.
Max- Solo intento llegar al grano, Rodrigo.
Rod- Pues si no deja de interrumpirme no lo va a conseguir, jovencito.
Max- De acuerdo, yo no le interrumpo más, pero usted tiene que intentar decirme por que ha venido a verme.
Rod- pues resulta que últimamente me pongo los zapatos y me duele el pie.
Max- ¿Por donde le duele?
Rod- Por todo el pie, es como si me apretara mucho.
Max- ¿Me deja mirar un momento?- dirigiéndose hacia Rodrigo- ¿Se compra usted los zapatos, Rodrigo?
Rod- No, me los compra mi hija, ¿Por qué?
Max- Pues dígale a su hija que se los compre un número más grande, le compra los zapatos demasiado justos.
Rod- Si yo se lo dije, pero no me hace caso, dice que desvarío.
Max- Pues mire.- escribiendo en un papel de receta- Dele esto a su hija y dígale que es de parte de un podólogo, supongo que a mí si me hará caso.
Rod- Muchas gracias señor Munchausen.
Max- Llámeme Max, Rodrigo.- acompañando a Rodrigo a la puerta- Y para cualquier consulta aquí estaremos. Virginia, haga pasar al siguiente paciente.
Vir- La siguiente paciente se llama Elena Nito del Bosque. Es la ultima paciente del día, el paciente que estaba después ha llamado hace unos minutos diciendo que le resultaba imposible venir y ha cambiado su cita.
Max- Se nota el puente de Andalucía, parece que las fiestas es lo mejor para el dolor de pies. Haga pasar a la paciente.
Ele- Buenos días, doctor Munchausen.
Max- Buenos días, señorita Nito- ofreciéndole asiento- Llámeme Maximilian o Max-tomando asiento- como usted prefiera.
Ele- Vale, pero háblame de tu y llámame Elena.
Max- Perfecto, bueno señorita Elena, ¿Qué es lo que le trae a la consulta?
Ele- Pues verá, yo siempre uso tacones como podrá ver, me gusta ir siempre arreglada. Soy muy coqueta-dijo pestañeando excesivamente-. Lo que venia diciendo, que últimamente tengo un dolor insoportable en la planta del pie, y creo que es debido a los tacones.
Max- Pues puede tener usted razón. ¿Puede decirme su edad? Ahora le haré una exploración.
Ele- Bueno, Max, como he oído que no tiene mas trabajo esta mañana… ¿Qué le parece si salimos los dos a tomarnos un café y nos conocemos un poco mejor?
Max- Prefiero que nos mantengamos en un ámbito laboral, Elena. Asi hare una exploración mas profesional.
Ele- Tal vez después podría hacerme una exploración más divertida- empieza a acercarse a Maximilian- ¿No crees… Max?
Max- No creo, Elena. Y por favor te pido que no insistas
Ele- ¡¿Me estas rechazando?! ¡Nadie rechaza a Elena Nito del Bosque!-dirigiéndose a la puerta- ¡Quédate aburrido toda la mañana, calzonazos!
Vir- asomándose a la puerta- ¿que es lo que le has hecho?
Max- Decirle que no. No creo que volvamos a verla por aquí. Virginia, ¿y si nos vamos a alguna terraza a tomarnos algo bajo el solecito?
Vir- Prefiero quedarme aquí a la sombra. Es broma, tonto. Invitas tú.
Max- Perfecto, pero como la cosa este así a partir de ahora me vas a tener que invitar tu a mi.